Descripción
Según la tradición, Santo Estevo de Ribas de Sil fue fundado por San Martín Dumiense a mediados del siglo VI. Y bajo el gobierno de Franquila –siglo X–, el monasterio adquirió una gran fama por su observancia y espiritualidad, tal como demuestra el hecho de que nueve obispos decidieran escoger este lugar para pasar sus últimos días.
Toda esta prosperidad trajo pareja una fuerte inversión en nuevas construcciones. Además de una nueva iglesia cuyas características la sitúan dentro del románico de transición, se levantó el llamado Claustro de los Obispos. Es el más antiguo de los tres conservados y sería el único con el que contaría el monasterio durante la Edad Media.
Con la reforma de los Reyes Católicos, el monasterio, además de pasar a depender de la Congregación de Valladolid en 15o6, albergaría un Colegio de Artes. Nuevas obras fueron necesarias para adaptar el conjunto a las nuevas necesidades: por un lado se aumentó un piso al claustro existente, en un lenguaje renacentista pero con reminiscencias góticas; por el otro, Diego de Isla realizó las trazas para dos nuevos claustros de corte clasicista. El primero, el Claustro Grande o de la Portería, de planta rectangular con cada una de sus alas distribuidas en tres cuerpos; y el segundo, el Claustro Pequeño, de líneas vignolescas.
En torno a estos claustros se abrieron el resto de las dependencias: el refectorio, la sala capitular, la enfermería, la biblioteca o la cocina.
Un incendio a finales del siglo XVIII y el paso de las tropas francesas por Ourense trajeron consigo el comienzo del deterioro del monasterio.
Una vez asumidas las competencias en materia de cultura por parte de la Xunta de Galicia, se abordaría una nueva etapa en la que se apostaba por la recuperación total de Santo Estevo.
Reseñas
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